No, no es Papá Noel recién levantado dispuesto a coger su taza de Colacao hirviendo, es un templario bajo los efectos de una horrible maldición que lo condenó hace siglos a permanecer congelado, inmortal, pero consciente y sufriente en su cascarón polvoriento, nido de arañas. Es mi segunda y última pieza con la que he tenido la suerte y el honor de participar, como ya sabéis (ya nos encargamos nosotros de cansinearos lo suficiente para que así sea ;), en la undécima exhibición de mi colectivo Hysterical Minds (http://www.hystericalminds.com).
¡Saludos!